¡!Buenas!!, inicie mi blog, y como que no lo inicie, solo escribí un post y me desaparecí……..pero ya estamos aquí de nuevo, y prometo un tema semanal.
En una ocasión mi familia oro a Dios para que supliera un vehículo, y en la espera de la repuesta, vimos una opción que entendíamos venia de Dios.
En esa ocasión, unos misioneros que habían cumplido su tiempo de trabajo, ya salían de retirada a su país de origen, ellos tenían un carro que ya mi familia había usado en unos de esos viajes de trabajo en conjunto que hacíamos como iglesia, era un carro confortable, cómodo, moderno para la época; ventanas eléctricas, asientos en piel, motor de 6 cilindros, entre otras cosas que componen los vehículos versión americana…
En nuestro andar con los misioneros, yo me había enamorado del carro y entendía que si estábamos orando por un vehículo, Dios debía darnos ese, y yo me esforcé mas en orar exactamente por este. Cuando llego el tiempo de partida, ellos decidieron regalar el carro a otro ministerio y no a la iglesia que dirigía mi padre.
Desde ese momento empecé a cuestionar a Dios, entendía que Dios no escucho mis oraciones que con tanta vehemencia le hacía.
Un tiempo después……una hermana le regalo un carrito a mi papa, un HONDA CIVIC del 1970 todo viejo, chocado, asientos destartalados….en unos días pudimos reparar el carrito y ponerlo en condiciones para usarlo y lo usamos para transportarnos a la iglesia y a los diferentes cultos. A diferencia del otro, este caro tenía un consumo mucho menor de gasolina y de mantenimiento
Al pasar el tiempo yo salí a Santo Domingo a estudiar y mi papa me regalo este carrito para que yo me desplazara con más facilidad a la universidad.
En ese momento entendí porque Dios no me permitió tener el otro vehículo, aunque era muy confortable, el gasto de mantenimiento, combustible y piezas era insostenible para mí como estudiante; que la mayoría de el dinero que percibía debía gastarlo en materiales de estudio no en piezas y combustible para el carro.
Dios en su omnisciencia sabia que en poco tiempo yo saldría para santo domingo y que mi padre me regalaría este carro y que no podría mantener un carro de 6 cilindros, y por eso el preparo todo para que tuviera este carrito chiquito y viejito pero que podía sostener.con esto aprendi que, Dios no nos pone carga que no podamos soportar
¡Amén!